Volviendo a casa un sábado por la noche, no muy tarde, me salió al paso un magrebí, que estaba tomándose unas cervezas con otros dos o tres colegas en la calle de la Cera. El tipo me pidió hablar dos minutos, así que me paré a ver qué quería. Pero ya me paré con el mosqueo típico de quien no quiere que le intenten ligar porque el tipo no te mola. Y aquí viene mi primera reflexión: ¿puede alguien enfadarse porque le demuestren interés? ¿por un piropo, una invitación, una manifestación de interés? Por supuesto, dentro de lo que cada cual considere decoroso, y sin que se pongan plastas o babosos... Es que a veces las tías adoptamos una actitud de princesita despechada porque en lugar de un príncipe se nos acerca un sapo...
Bueno, después de pararme con la van esperanza de que el tipo realmente tuviera algo que decir, empecé a preguntarle, más bien agresiva, que qué quería. Como no acertaba a dar una respuesta, le pregunté si lo que quería era ligar. Ahí hizo ver que no me entendía, y me salió con que si hablaba francés. Y ahí si que no hubo excusa para entretenerme inutilmente, y me salió con el rollo de la "belle fleur" que todos los moros te sueltan cuando quieren ligar... total que una vez aclarada la situación, le dije que no me interesaba, que muchas gracias por el interés, pero que adiós.
Y mientras caminaba a paso ligero hacia mi casita, refunfuñando por el "tiempo perdido" con el desconocido, y despreciando francamente al tipo por la poca gracia que había tenido para abordarme, me hice la segunda reflexión: ¿si hubiera sido un macizo, o me lo hubiera parecido a mí, no habría sido la historia diferente? Incluso lo hubiera encontrado atrevido, y hasta tierno, por lo torpe.
Así llegué a mi tercera reflexión: si los árabes ligan así de mal, porque no tienen mucho campo para entrenarse en su tierra, tampoco es como para que la civilizaditas europeas nos molestemos. Simplemente pasas, y listo. Pero lo más triste es que no hacemos más que exigir que los inmigrantes se integren, se adapten a nuestro modo de vida. ¿Y cómo se van a adaptar, si cuando intentan acercarse a alguien les responden con antipatía? Vale, a mí el tipo no me interesaba, pero le podía haber rechazado con un poco más de cortesía. No es que lo maltratara, pero le podía haber preguntado de dónde venía, cómo se llamaba, y luego explicarle que no mola que te aborden así, y menos por la noche.
Total, que me quedo con esta idea: la integración es cosa de dos, del que llega y del que ya estaba aquí. A ver, los europeítos, ¿con cuántos magrebís/turcos/inmigrantes del tercer mundo os tomáis un café de vez en cuando? ¿Cómo puede explicarse esto en una ciudad con tanta inmigración magrebí como Barcelona?
Tenemos mucho trabajo que hacer....